¿Adicción a los móviles?
Cada muy poco tiempo, un medio de comunicación nos martillea con la idea de que la adicción a los móviles de menores y adultos es un problema grave de nefastas consecuencias que deberíamos considerar y especialmente evitar.
Basta con sentarte en el metro o autobús, para ver que todo el mundo va con la cabeza gacha, chateando y comprobando sus mensajes de formas nada disimuladas y en muchas ocasiones, descuidando la conversación con los que tiene a su lado. Parece que en efecto tenemos que dar la razón a los supuestos expertos que nos machacan con la de males que acechan a cuantos siguen esta perniciosa practica en detrimento de la conversación civilizada a la que nos exhortan.
Cualquiera que tenga un móvil con conexión a internet, (O sea cualquiera que no este jubilado) sabe que es muy difícil sustraerse a esta práctica porque cada día más, nuestra vida es conectada y con un intercambio instantáneo de información, en muchas ocasiones absurda.
Así que ha llegado el momento de preguntarnos si en efecto este vicio del chateo es una adicción perniciosa y si los enterados profesionales tienen razón al despotricar contra ello.
Habrá que empezar por asumir que mucha gente, y yo el primero, tiendo a sacar el móvil a la mínima para ver si me ha entrado algo, y además reconozco que más de una vez, aun en medio de una conversación, saco el móvil, para ver que ha sido el último pitido.
Este sencillo gesto de comprobar el móvil aun en medio de una conversación… ¿Es una falta de educación hacia mi interlocutor? ¿Me molesta a mí que me lo hagan? No me sorprende que haya gente que piense que si (Especialmente gente de letras y tertulianos varios) pero en mi caso respondería con no y no, suponiendo que se hace con rapidez y sin romper el hilo.
Por ejemplo, ¿Te parece mal que mientras hablas con alguien en persona, levantes el teléfono cuando suena, y le pidas un minuto de paciencia? ¿Hay alguien es serio, que deja de sacar el teléfono cunado suena, porque está hablando con otra persona?
Y si crees que es razonable levantar el teléfono y desentender al que tienes al lado mientras respondes a la llamada que acaba de entrar, algo sobre lo que realmente se podría hablar largo y tendido, haz un experimento con ello y verás. No conozco a nadie que defienda no atender las llamadas cuando se producen, algo que proponían hace unos años ciertos enemigos de la supuesta nueva moda pasajera de los móviles y que hace ya mucho que no escucho.
Como todo, es una cuestión de compromiso entre los interlocutores físicos y los que nos asaltan vía WhatsApp, Facebook, Twitter y demás inventos. Pero hace mucho que decidimos dar prioridad a las entradas de mensajería con el compromiso tácito de que sea corto el tiempo que dejamos colgado a nuestro interlocutor local.
No hay duda de que la mensajería instantánea en sus múltiples variantes sirve básicamente para perder el tiempo con videos estúpidos de gatitos, pero también que con cierta frecuencia nos permite una interacción muy valiosa con gente a la que vemos menos de lo que nos gustaría, y nos permite mantener un contacto de otro modo imposible.
Así que ¿Crees que las nuevas tecnologías sirven para imbecilizar a los jóvenes e impedirles desarrollar sus competencias sociales, a la vez que les va tornando cada vez más autistas y alejados del mundo real? Según he redactado la pregunta a ver quién es el guapo que se atreve a responder afirmativamente, pero cuando cambian la pregunta y la presentan de un modo un poco más elegante acaba pareciendo razonable.
Pero creo que no lo es en absoluto. El problema es que tenemos cantidad de auto denominados expertos, normalmente psicólogos, sociólogos, pedagogos y similares que se consideran expertos en el comportamiento y predicen los más terribles males ante todas estas cuestiones, porque saben que si consiguen llegar a los medios de comunicación (Siempre dispuestos al catastrofismo) con un poco de suerte les cae una subvención publica y a lo mejor consiguen acabar el año mejor de lo que les pinta en este momento.
Seamos razonables, muchos de los autodenominados expertos en estos temas que salen por ahí pontificando sobre el tema, son incapaces de ganarse la vida trabajando en algo decente y además sus certificaciones en algo que no sea una universidad pública son muy escasas en el mejor caso y nulas en una inmensa mayoría.
¿Una adicción el móvil? ¿Dime que crees que te costaría más dejar el móvil o el tabaco? A ver quién cree que el móvil. Quien dice esto, es sencillamente porque no entiende lo que es una adicción y lo malo es que los medios de comunicación le regalan el espacio para que despotrique sobre un tema que acaba asustando a unos padres creyendo que si lo dicen por la tele será verdad. ¡Pero venga ya! Y encima nos los vende como expertos en el tema.
¿Qué para los niños no hay mayor castigo que quitarles el móvil y el ordenador? Claro porque acabas de reventar su vida social y les obligas a aburrirse miserablemente. Ahora sí que le has convertido en un autista. Vale, pero si le quito el móvil al niño es para que estudie y deje de chatear como un lunático. La pregunta entonces seria: ¿Vale… y lo consigues?
Yo tengo ya los suficientes año como para saber lo que era el Pelargon o Viriato (Por cierto, el corrector ortográfico tampoco reconoce a Viriato, manda h…) y naturalmente tengo ramalazos en los que me apetece decir algo del tipo de… ya no hay juegos como antes, en mi tiempo sí que jugábamos al futbol en la calle y no como ahora todo el día con la PlayStation.
Pero ahora la calle está llena de coches y casi ninguno de los que leéis esto dejaríais a vuestros hijos jugar en la calle, (Te podría costar la perdida de la tutela) y jugabas al fútbol cuando bajaba uno de los dos que tenían un balón decente. Porque el día que fallaban los dos, había que irse a ver si encontrabas algún gato al que lanzar piedras (Si lo haces hoy te excomulgan, así que mucho cuidado)
Si les dejas elegir, los niños de hoy elijen jugar con la PlayStation o la Xbox y muchas veces a través de internet con sus amigos y además chatean mientras tanto comentando la jugada, mientras que algún pasmado se escandalizan de que están todo el día jugando solos en su habitación (En mi habitación éramos 3 hermanos y era bastante complicado estar solo) y es porque entienden muy bien las posibilidades sociales que les brinda (Si. He dicho sociales)
Pero quien no lo entiende es quien tiene ya un cerebro ligeramente esclerotizado por el paso del tiempo y unos hábitos que no van a cambiar por mucho que la tecnología les brinde oportunidades. Sencillamente su cerebro es ya demasiado rígido para permitirles tener una mentalidad abierta y apreciar las nuevas posibilidades.
Como regla general, cuanto todos los jovencitos eligen un modo de hacer las cosas y sus mayores se escandalizan…. Estate seguro de que aciertan los jóvenes. Juzgan mucho mejor las oportunidades que los mayores y las aprovechan. Mientras, estos se van quedando rezagados y se despachan a gusto con esta juventud que se va a idiotizar con tanta electrónica y tanta porquería moderna.
Pero la forma en que nos comunicamos e interactuamos entre nosotros ha cambiado, e incluye medios electrónicos porque tienen muchas ventajas (Y también algún inconveniente, pero ¿En que no lo hay?)
La gente mayor no quiere cambiar y mucho menos aprender trucos nuevos, pero conozco varias abuelas que manejan con soltura el WhatsApp y el Skype, a raíz de que los nietos se fueron a estudiar un curso al extranjero y no veas como se entretiene la vieja. No recuerdo haberlas oído decir que esto las aísla de las amigas, ya ves, o que les va a volver idiotas.
Nuestras ideas se forjan antes de los 30 años y nuestras costumbres se imprimen en nuestros cerebros en la misma época y con la tecnología disponible en ella. Una idea inquietante es que parece que después, el mundo va cambiando y no nos enteramos, y mucho menos somos capaces de seguirle el ritmo. Y cuando vemos a los juveniles que se adaptan a las nuevas posibilidades se nos arranca un exabrupto del tipo… ¡Pero qué barbaridad, eso no puede ser, habría que prohibirlo! y todo eso ¿Te suena? Como le dejen acercarse a un micrófono ya está liada.
Cuando yo era un crío, no había móviles. Solo había teléfonos fijos, y no muchos (No. los dinosaurios ya se habían extinguido) pero no creo que hoy hayan muchos niños que sepan su número fijo, si no es porque lo tienen memorizado en su celular. A un niño ni se le pasa por la cabeza que pueda dar su número fijo a un amigo, porque no entiende qué sentido tiene llamarle a un número en el que puede estar o no. Después de todo siempre está en el móvil ¿No?
¿Y entonces porque tantas personas mayores siguen llamándote al teléfono fijo, cuando saben que tienes móvil? Preguntadles a esos psicólogos de la tele tan listos a ver que dicen.
Comments are closed.