Cambio y formación tecnológica
Los años 80 se cerraron con un PC en cada mesa de trabajo y casi de cada casa. Los 90 trajeron las redes locales empresariales y una Internet incipiente con grandes promesas.
Los años 2000 empezaron a hacer realidad la Internet ubicua y a hablar de Ecomerce y Ebusiness, pero fue a raíz de 2007 cuando la presentación del IPhone de Apple genero un nuevo paradigma que fue conexión inalámbrica, en cualquier sitio y en cualquier lugar
Las compañías de teléfono han ido desplegando redes cada vez mayores de conexión tanto mediante cables (A nivel doméstico y empresarial) como inalámbricas 4G con una velocidad y cobertura inimaginables solo hace unos pocos años.
Últimamente, la revolución que han supuesto los dispositivos móviles con capacidad de conexión a Internet en cualquier lugar ha sido otro revulsivo para la industria electrónica que llevaba unos años aletargada.
Han surgido empresas inmensas a nivel global, como Google, Amazon, EBay, PayPal o Facebook que han sabido aprovechar esas oportunidades y generan beneficios descomunales apoyándose en esas redes y posibilidades, y solo es el principio.
Ahora viene un nuevo paradigma: La IOT o Internet de las cosas. La idea es aprovechar esas redes para conectar absolutamente cualquier cosa a la Internet, para permitirnos conseguir información instantánea de lo que sea (Por simple que pueda ser) pero también hacer el data mining de esa información de cara a conseguir conocimiento, y todo ello promete un cambio en nuestra forma de vida, de un impacto cuya importancia nadie puede predecir aun.
Pero para que esto sea posible necesitamos ordenadores pequeños baratos y de bajo consumo que puedan ser incluidos en todo aquello que se desee controlar, y esta es otra revolución que se ha ido produciendo discretamente en los últimos años.
Fabricantes casi desconocidos para el gran público, han ido produciendo estos pequeños ordenadores de capacidad limitada comparada contra los procesadores más brillantes de Intel o AMD, pero cuyo precio es escasamente unos pocos euros.
En los próximos años aún se irán abaratando más a medida que las ventas vayan aumentando y se producirá un nuevo circulo virtuoso en el que a más ventas mayor potencia y menor precio, y pronto hasta una simple botella de vino llevara un chip identificador con su vida e historia.
A su vez los sensores y los actuadores electrónicos han sufrido una espectacular bajada de precios y un notable aumento de producción y variación, que es la segunda pata necesaria para la revolución IOT.
La tercera pata era una estandarización de normas o protocolos de uso para la programación y utilización de esos sensores y ordenadores en conjunto y la conexión inalámbrica a Internet mediante 4G o normas posteriores.
Y esta normalización ya se ha ido produciendo, aunque hay aspectos sin definir, y tiene dos grandes plataformas como resultado, que se complementan: Arduino y Raspberry Pi.
Arduino es un pequeño ordenador que se puede conseguir por debajo de los 6€ con una capacidad similar a lo que en su día fue un PC de IBM que se programa en un lenguaje estándar y que dispone de una comunidad enorme que desarrolla librerías para conectarse a cualquier sensor, display o actuador imaginable, lo que le convierte en un sistema ideal para la adquisición de datos en campo con capacidad para reaccionar ante cambios.
La segunda comunidad se basa en la Raspberry PI, que es un PC completo de baja potencia, que corre un Linux estándar por 35€, lo que la hace ideal para cualquier cosa que requiera control sofisticado sin grandes requerimientos de velocidad o potencia.
Ambas plataformas coexisten de modo natural sin choque porque sus ecosistemas son diferentes y complementarios y aunque no hay duda de que irán apareciendo nuevas ofertas (Que se cuentan por docenas ya hoy) estas dos Arduino y Raspberry Pi van a permanecer, porque su comunidad garantiza la continuidad que es muy dudosa para las tarjetas de reciente aparición.
Sería interesante también apuntar que no solo la revolución tecnológica es cada día mayor, sino que además se acelera el ritmo de cambio. Se tardaron 75 años en instalar un red de teléfono mas o menos global, pero solo 20 en normalizar el ya moribundo FAX.
Tardamos 15 años en colocar un PC en cada mesa de trabajo, pero solo 10 en normalizar la conexión a las redes locales empresariales y menos de 7 en que la mitad del mundo estuviese conectado a internet y el email fue uno de los grandes motores de ese cambio, pero no veo que la gente joven lo use, prefieren las redes sociales.
En poco más o menos 6 años los que decían que nunca comprarían un móvil tenían uno en el bolsillo y la transición de móvil normal a Smartphone con conexión a internet ubicua se ha realizado en unos 4 años.
Se detecta una evolución exponencial del ritmo de implantación de los cambios tecnológicos y se producen más de uno a la vez. Por ejemplo la implantación masiva de conexiones rápidas a internet, de acceso a tecnologías inalámbricas, de cambio a plataformas móviles y de cambio de hábitos de consumo hacia plataformas de comercio electrónico.
Solo hay un componente al que le cuesta seguir el ritmo de cambio… nosotros mismos. Hay gran cantidad de gente de una cierta edad que se sienten desbordados y han renunciado a seguir el ritmo, lo que resulta natural y se ira corrigiendo con lentitud, con el reemplazo generacional.
Pero es más preocupante la cantidad de gente joven que usa la tecnología de forma habitual sin entender nada sobre ella y en muchas ocasiones con concepciones erróneas que pueden poner en riesgo su empleabilidad o simplemente que pierden adecuación a las demandas del mercado y por ende su futuro.
Hay grandes inversiones públicas en la formación de trabajadores activos y capacitación en áreas de tecnología, pero en un mundo tan cambiante como el que nos toca, formar en aspectos específicos puede no ser la mejor solución porque en unos años los conocimientos adquiridos pueden convertirse en obsoletos y por eso deben complementarse con formación de tecnología básica que les permita la evolución personal por sus propios medios.
Diseñar y planificar ese tipo de aprendizaje es más complicado que la simple formación reglada, pero creemos que la detección temprana de esas áreas de futuro y la formación en los estándares básicos emergentes son la clave para garantizar el futuro de todos.
Por eso creemos que es importante enseñar a aprender tecnología y a relacionarse con ella y nos simplemente establecer cursos académicos mas o menos razonables, porque con el ritmo actual de cambio los cursos de aspectos concretos.
Se destinaron cantidades ingentes de recursos publicos a la formacion con cursos de Lotus 123, DBase, Word Perfect y despues Word Excel o Dbase, pero no tengo la sensacion que hayan servido de gran cosa
La labor de un profesor no puede ser enseñar, porque la realidad es que todos aprendemos solos, sino la de motivar y guiar para que sus alumnos aprendan por si mismos, y que comprendan que la formacion personal continua es mas que una necesidad un imperativo en el mundo que viene.
Hay una necesidad acuciante de formación en competencias básicas, pensadas no tanto para garantizar conocimientos concretos, que también, sino para que un acercamiento ordenado y guiado a algunas de las tecnologías y normas nacientes les permita evolucionar en un futuro de forma personal en función de sus intereses y prioridades.
Nociones basicas de programación informática con prácticas en un lenguaje de uso mayoritario como C++, son imprescindibles, no tanto pensando en convertirlos en programadores expertos, sino más bien como un modo de entender la tecnología actual, sin el cual sería difícil moverse por ella.
Nociones básicas de electrónica, electricidad, ingeniería y diseño son igualmente precisas para comprender la situación y el objetivo sigue siendo que sean los propios alumnos lo que evolucionen en la dirección que ellos consideren a partir del arranque que buscamos proporcionarles.
Pero también competencias sociales como colaboración, confianza, empatía y trabajo en grupo son indispensables para colaborar con desconocidos, a medida que Internet se vaya convirtiendo en un canal principal de relación y trabajo.
No se trata de conseguir que todo el mundo sea ingeniero, se trata de que un usuario normal comprenda las oportunidades que el momento ofrece y que disponga de las habilidades o competencias necesarias para aprovecharlas.
Porque al final, la mejor forma de garantizar la empleabilidad de una persona es enseñarla a ser su propio empleador en un mundo cambiante y complicado sí, pero con nuevas oportunidades en las nuevas tierras que se van descubriendo y muy alcance de gente con ganas y que entienda los cambios.
No se requieren grandes inversiones para esto. Se necesitan ganas, esfuerzo y constancia, algo a lo que no se le dedica suficiente importancia hoy día, pero que son la clave de cualquier empresa con garantía de éxito.
Las oportunidades son espectaculares en cuestiones como comercio electrónico, desarrollo de producto, comunicaciones servicios online, diseño y fabricación 3D y hasta producción a medida individual de ropa calzado complementos. Y el mercado no es el local sino el mundial.
Esta asumido que son los emprendedores los que producen la riqueza necesaria para sostener la sociedad, aprovechando esas oportunidades que los cambios producen. Formar gente con capacidad para entender esos cambios y vislumbrar las nuevas oportunidades es la mejor manera de garantizar su futuro… y el nuestro.