La nueva TV por Internet
Tengo varios amigos que han suscrito Netflix, y he pasado un buen rato con alguno de ellos probando el servicio y escuchando sus opiniones al respecto y tengo que decir que estoy impresionado.
Es obligado decir que no tengo ninguna relación con Netflix más allá de la de ser próximo suscriptor y cliente y que no hago este comentario por interés económico o de otro tipo, sino simplemente porque me ha gustado lo que he visto.
Me ha gustado la amplitud de la oferta y el precio, tanto como la impresionante resolución y lo fino del funcinamiento, funciona sin problemas (Excepto con telefónica, su principal competencia, casualmente, pero están trabajando para corregirlo, claro) y por 10 € al mes.
En un país en el que la televisión de pago ha sido poco menos que un monopolio amparado por los distintos poderes y partidos públicos, en claro fraude de competencia, en el que ver la tele por satélite costaba entre 50 y 80€ al mes dependiendo de la oferta, resulta vivificante ver que una empresa rompe precios y presenta una oferta de calidad en contenidos y servicio impecable por un precio irrisorio.
¿Cuántas veces hemos oído que no se podía bajar el precio de la TV por cable? La que fue la mayor suministradora está hoy en quiebra técnica y ha tenido que ir empeñando trozos a quien haya querido pagarle algo, porque no solo era cara e incapaz de competir, y de ahí la necesidad de protección política, siempre dispuestos a colaborar a cambio de su trozo naturalmente, sino que ha sufrido de una gestión tan incompetente como soberbia.
Pero la pregunta ahora es… ¿Para qué quiero piratear nada, si lo tengo por 10€ al mes? ¿De verdad me compensa dedicar tiempo a buscar, descargar y vuelta a empezar, para ver películas y series que tengo a tiro de un botón por ese precio? ¿De verdad valoras tan poco tú tiempo?
Resulta que algunos (Muchos) llevábamos años diciendo que el pirateo es una actividad provocada por los auténticos piratas de trajes caros, que son los gestores de compañías de cable, Telefónicas, Distribuidoras de películas y música, que se acabaría cuando los precios fueran accesibles.
Para su vergüenza los piratas han proporcionado gratis a los usuarios un servicio que ellos robando disparates han sido incapaces de igualar hasta ahora.
La avaricia de estos cretinos, que siempre han preferido un producto caro y elitista en lugar de algo al alcance de cualquiera, es algo que les ha llevado a prácticamente matar su negocio, promocionar el pirateo y colocarles en una situación crítica que empresas como Netflix, HBO y varios otros están sabiendo aprovechar con acierto, de nuevo todas Americanas.
Por cierto, Apple tiene un servicio cuyo nombre desconozco (y eso que me lo han dicho ya varias veces) que por 10€ al mes también, te pone a tiro de tu móvil o PC, poco menos que toda la música disponible de forma legal, y de nuevo surge la cuestión ¿Piratear…para que, a ese precio?
Me parece un acierto que te ofrezcan, por fin, la posibilidad de pagar razonablemente a quienes generan los contenidos a cambio de tarifas asumibles. Es una política mucho más sensata, que generará los ingresos que la industria del entretenimiento requiere, y que sospecho que los alegres bucaneros de Internet pagarán con gusto en poco tiempo.
Claro que ahora sobran todos los anormales de directivos de discográficas y cinematográficas locales que pretendían conocer su mercado, ya que las compañías de distribución por Internet no necesitan a memos tan incompetentes y de sueldos excesivos además. (Algún día tendremos que hablar de las discográficas específicamente, que por cierto ayer vi que uno de los nuevos vinilos cuesta unos 24€)
Pero aún tienen suficiente peso como para convencer a la Comunidad Europea para que legisle que los enlaces deben tener copyright y que cualquiera que quiera poner uno tiene que pagarles, como se refleja en el borrador que manejan.
Como podría yo decir esto, veamos ¿Pero esta gente es de verdad imbécil? ¿O es que no necesitan conocer Internet para legislar sobre ello?
La avaricia y estupidez que esta propuesta supone es de tal calibre que difícilmente podemos minusvalorarla. Consideran que alguien que vincula por ejemplo una noticia de un periódico, en su web tenga que pagarles por ello (Como ya ocurrió con Google News en Spain y forzó su salida).
Es como si yo pidiese que cualquiera que ponga un vínculo en su web a mi página, (Haciéndome una publicidad muy deseada y más que bienvenida) debería pagarme una pasta por ello.
La medida impulsada por los lobbys habituales busca, sacar pasta para los periódicos tradicionales, (cuyo negocio depende ya básicamente del servicio a los políticos de turno, y que se encuentran poco menos que en quiebra técnica), para conseguir el dinero que necesitan para subsistir y que son incapaces de conseguir en el mercado.
Aún no han querido enterarse de que hoy las noticias ya no se consiguen por el periódico sino en Internet. Hay periódicos en Internet que son gratis total y están encantados con que los vinculen, su modelo de negocio es otro, pero a estos freakys mejor los ignoramos que no representan a la industria de verdad.
También están en la medida las discográficas y cinematográficas que confían en criminalizar a quien ponga un enlace a un CD o DVD de su propiedad, para ver si así consiguen forzarnos a comprar a precios disparatados su mohosa mercancía.
Pero no hay que ser un genio para comprender que la hora de las rotativas diarias ha pasado ya y que son un cadáver que insiste en seguir paseando por el mundo. Hay un futuro brillante para periodistas y comentaristas que sepan adaptarse a Internet, porque su labor sigue siendo imprescindible, pero hoy no se requiere un editor que te de un empleo y controle tus opiniones.(Y pronto llegará la hora de la TV por Internet, algo que aterra a mas de uno)
Cualquiera puede escribir un blog y publicar sus comentarios, y será el público quien decidirá a quien considera digno de leer o de confianza y a quien ignora porque no acaba de ver claro sus motivos o razones.
Se llama competencia, algo que desagrada profundamente a todos los acostumbrados a vivir de monopolios, políticos, funcionarios y demás negocios que se conciertan entre amigos en lujosos restaurantes, con comedores privados.
No quiero acabar esta diatriba sin decir que recientes informaciones a raíz de la ley de neutralidad de internet que ha aprobado la Comisión Europea, me están haciendo cambiar de parecer en la alabanza que les hacía en algún post pasado hacia el buen sentido que parecían demostrar en su defensa de la misma.
En los titulares se aprecia una defensa ardiente y sin fisuras de la neutralidad de la red, pero cuando empiezas a leer la letra pequeña aparece una excesiva ambigüedad en algunos aspectos claves y una serie de prerrogativas a las operadoras que hacen sospechar intenciones bien distintas.
Dicho de otro modo, defienden apasionadamente la virtud de la nena y la bondad de la pureza, pero a la vez regulan el tráfico de visitas nocturnas a sus aposentos, por parte de caballeros (Distinguidos, eso sí) que no son su médico personal.
Y como decía aquel conde de su esposa…. ¡La duda. Siempre la duda!