El Brexit

No hay duda de que la salida de Inglaterra de la Unión Europea es una mala noticia para todos, tanto ingleses como europeos continentales.

Soy un admirador de Inglaterra, de su historia y su asombroso primer desarrollo industrial. Me gustan los ingleses en general, aun con sus manías y defectos, y por eso, si su salida de Europa se confirma creo que los echaremos de menos.

No hablo de intereses económicos, de eso  ya se encargan los medios de comunicación publicando sandeces variadas sobre el coste y consecuencias del Brexit que por supuesto desconocen por completo.

Hablo de que Europa no está completa sin el Reino Unido y de que tienen mucho que aportar a la comunidad que se ha convertido en un nido de funcionarios sin propósito que lleva 10 años vagando sin rumbo, a la que le vendría muy bien el pragmatismo y realismo británicos, que suelen hacer que sus instituciones brillen cuando las comparamos con el resto de los países de la Unión.

Es verdad que parte del problema de avances en la unión se debe a la continua excepción británica que impide avances significativos, pero también es cierto que UK balanceaba parcialmente la lamentable deriva burocrática de la Unión y me temo que su salida la exacerbará. Ya veremos si la Comunidad reacciona adecuadamente al innegable latigazo que el Brexit supone para el conjunto. No soy optimista al respecto.

Sospecho que Inglaterra ha sido presa de sus propios fantasmas internos y han obtenido un resultado que ellos mismos no esperaban, pero ahora vendrán las consecuencias y van a ser grandes para todos.

Muchas de las grandes tecnológicas en la comunidad estaban radicadas en el Reino Unido y ahora tendrán que salir y reubicarse en otros países de la Unión, porque es poco probable que la CCEE les permita seguir operando desde allí y ya se habla de dar un ejemplo, que es la forma elegante de decir que quieren quitarles las ganas de hacer lo mismo a otros países, o regiones díscolas.

Las empresas USA que querían entrar en Europa lo hacían a través de Londres, pero ahora tienen que reubicarse y no hablemos ya de las operaciones financieras de la City londinense que ya están buscando oficinas en el continente, y son una parte sustancial del PIB británico.

Los periódicos dicen que hay una sensación de engaño en Inglaterra porque creen que ha habido medios mintiéndoles para convencerlos de que votaran si a la salida. Que graciosos. Como si en las campañas electorales la norma no fuera mentir como bellacos en todo y prometer lo que no hay intención de cumplir.

Pero ahora toca cumplir con el resultado de la votación, que me temo nadie quería, pero ya no hay vuelta atrás porque Inglaterra es un país serio, con larga tradición democrática y eso de repetir el referéndum es una pataleta.

Al final en un tiempo la Raspberry Pi va a subir sensiblemente por los aranceles de importación y esto, reconozco que me molesta especialmente.