El cambio tecnologico
Si hace 200 años vivas en un lugar cualquiera del mundo, era bastante improbable que si alguien te contaba un rollo del tipo… Hay unos raritos ingleses haciendo máquinas de vapor que van a cambiar el mundo, porque son capaces de hacer cosas imposibles con caballos y bueyes, el Seneca de turno te mandaría callar (Probablemente de una bofetada) explicándote que todo la vida había habido locos que contaban a quien quisiera escuchar, que el mundo como lo conocían se acababa, pero el mundo seguía tranquilo al margen de profetas idiotas.
Claro que si vivías en el cinturón industrial inglés, y tenías un poco de cabeza y visión (Algo muy escaso, en todas las épocas) te darías perfecta cuenta de que el mundo estaba cambiando. Probablemente a peor si no eras un señorito, y por eso surgen los primeros movimientos obreros, para limitar los escandalosos abusos que se produjeron en la época.
Era fácil, con un poco de cabeza, ver que las jornadas de 14 horas diarias, y el trabajo infantil, en condiciones deplorables, causaban más muertes que cualquiera de las epidemias que las condiciones de hacinamiento urbano del momento provocaban. Y era fácil comprender quien era el enemigo y como combatirlo.
Conviene destacar que a pesar del cambio brutal que se iniciaba, la administración pública no se enteró, y mucho menos legisló al respecto hasta que las barbaridades habían alcanzado un nivel intolerable. Y eso fueron décadas, porque el cambio era mucho más rápido que el que percibían los funcionarios y los señoritos (Normalmente rurales, en aquella Inglaterra)
Hemos heredado un sistema político nacido y desarrollado en esa época y nos gusta pensar que es aplicable a la nuestra. Si en aquella época hubo un cambio fundamental, que podríamos llamar de energía y maquinaria, que modificó la forma artesanal de producción por un modo industrial, en nuestra época estamos sometidos a un cambio continuo que vienen de varios frentes diferentes.
Todo el mundo habla de la revolución tecnológica continua, lo que podríamos llamar la electrónica, que primero desarrolló ordenadores potentes en cada mesa, después conexiones a Internet, más tarde conexión ubicua con terminales inteligentes y de momento no hablo de Google o Facebook, Amazon, Aliexpress y otros.
Pero solemos olvidarnos de la carrera que se ha disparado en la tecnología por comprender y modificar el genoma, no solo humano, que solo acapara portadas en los momentos más álgidos.
En esta revolución la medicina es parte activa. Se habla de curar enfermedades congénitas con medicina genética a la carta y ya se habla sin miramientos de considerar el envejecimiento y la muerte como problemas técnicos (De esto tenemos que hablar en algún otro momento)
Mucha gente cree, que la vejez y la muerte son parte inevitable de la condición humana y que nunca se podrá hacer nada más que resignarse. Esto es lo que nos han enseñado desde siempre. Pero el número de especialistas que no opinan igual, crece día a día y más aún, trabajan para corregirlo, con logros aun incipientes, pero nos permiten vislumbrar un futuro cercano sin vejez y quién sabe si sin muerte.
Otra carrera paralela es la de la inteligencia artificial. No han enseñado que somos el culmen de la creación, cuya consciencia e inteligencia le otorgan el derecho a hacer lo que queramos con el resto de nuestros primos animales y el planeta.
Solemos tender a preocuparnos por el advenimiento de robots guerreros que buscan erradicar la población humana como en las pelis de Hollywood, algo que no es probable que lleguemos a ver, y en cambio solemos olvidarnos de que ya hoy muchos trabajos que considerábamos imposibles de desarrollar por una máquina, están cayendo en manos de sistemas inteligentes electrónicos, que mejoran con mucho la eficacia humana en cosas como el diagnóstico médico, la gestión de valores en bolsa, la reserva de pasajes aéreos y no digamos de viajes y hoteles.
Cosas como los abogados y jueces pueden quedar obsoletos en mucho menos tiempo de lo que pensamos muchos, porque las maquinas son mejores buscando antecedentes y jurisprudencia, hasta encontrar todas y cada una de ellas y además no tienen malos días en los que firma una sentencia imbécil que cualquiera puede reconocer menos el que la firma.
La cuestión de la realidad virtual aun en pañales, puede provocar un impacto en las relaciones sociales y laborables que estamos muy lejos de poder entender hoy en día y algo parecido pasa con el tema de las maquinas microscópicas o nano tecnología, porque aun no se han sentado las bases de su potencia y aplicaciones.
Y si alguien cree que siempre nos quedará París: Que los humanos somos los que mejor entendemos a los otros humanos, debo informaros que semejante inocencia haría sonreír a Google o Facebook, porque ellos saben muy bien que son capaces de predecir lo que te gusta mucho mejor que tus amigos, esposa, o tú mismo ya que estamos, algo que tiene implicaciones inquietantes.
Lo que quiero decir, es bastante sencillo y está a la vista de quien quiera verlo. La revolución de la información, de la genética, de la medicina, de los materiales y del Big Data suponen no una revolución, sino media docena al mismo tiempo, cada una de ellas muy superior a la de la industrialización del siglo XIIX, pero a la vez potenciándose la una a la otra de un modo acelerado. Es un big bang tecnológico de consecuencias imprevisibles.
¿Quién hay estudiando todo esto para buscar un camino y un modelo de futuro para el conjunto?
Como ya dijimos en algún momento los de letras que solían hacer esto, hoy están desaparecidos en combate, porque no entienden nada y los que entienden, los técnicos y científicos, tienen en general, mejor voluntad que acierto hasta la fecha.
Para ciertos sectores los malos son el fascio, el capital y la liberalización globalizada que nos invade. O sea los mismos diagnósticos y recetas que hace 150 años, a pesar de que todo ha cambiado y los problemas son nuevos.
Para otros es el mercado la solución a todos los males. Como ha funcionado bastante bien durante el siglo XX, nos animan a más de lo mismo sin comprender que el camino y los problemas son otros. También tenemos a los que pretenden que la respuesta está en libros escritos hace entre 1.500 y 3.000 años por pastores analfabetos y que fue Dios, nada menos, quien los dictó a sus profetas… y así les va.
Por último y para acabar de poneros nerviosos, tenemos a funcionarios y políticos encargándose de todo y haciendo como si entendieran algo, pero que va, Ni la huelen. Ademas tiene el gatillo fácil y legislan alegremente sobre cuestiones de las que ignoran todo, llevados mas por cuestiones de doctrina política o intereses camuflados de lobbys de diferentes pelajes.
Algo que no es raro ya que en España al menos, el 90% de los que se dedican a eso son abogados y funcionarios (Ambos grupos muy fácilmente sustituibles por maquinas a corto plazo, por cierto), es decir, gente que no entiende ni palote de todo esto que estamos hablando pero legislan al respecto como si entendieran… y así nos va.
Si alguien cree que el cambio tecnológico, en su vertiente de espionaje en Internet, Modificación genética de las personas y uso de esta información con fines que no son confesables, puede ser regulado con leyes en contra, es que no entiende a las personas.
Fue más o menos como cuando los gobiernos pretendían acabar con la piratería sacando legislación. Era fácil ver que era grotesco pero han seguido insistiendo con más de lo mismo hasta hoy, con los resultados que cualquiera podéis comprobar.
Hay otra parte de la humanidad que piensa en las conspiranoias como responsables ultimas de todos los males del mundo y se suelen organizar potentemente y con mucho ruido para luchar contra ellas, sin comprender que la vorágine actual y la complejidad que causa, no cabe en la cabeza de todos los ricos del mundo juntos por varios ordenes de magnitud.
Así que lamento informaros de que nadie sabe a dónde va el cambio y mucho menos controlarlo ¡Que más quisieran! Pero que te va a afectar de modos que hoy no podemos predecir y pronto tendremos plantearnos qué tipo de sociedad queremos y otras cuestiones que hoy no podemos imaginar siquiera, pero de cuya solución y enfoque dependerá muy seriamente no solo tu calidad de vida sino también el de la sociedad en su conjunto.
Y a pesar de lo que dicen políticos, funcionarios, religiosos y activistas varios, nadie sabe cuál va a ser esta sociedad ni que necesitamos de ella y mucho menos elegir el camino que podemos tomar, porque probablemente nadie a nivel individual, dispone de la cabeza suficiente para abarcar razonablemente el problema.
O dicho de otro modo, vamos a oscuras, sin frenos y cuesta abajo, mientras necios de todos los colores nos dicen que les sigamos, que ellos saben a donde van.