La irrealidad cotidiana
Si habéis leído periódicos o visto cualquier telediario estos días de verano habréis acabado necesariamente convencidos de que los coches autónomos conducidos por ordenador totalmente independientes están a la vuelta de la esquina, y pensareis que en un plazo de unos pocos años (Muy pocos) veremos circulando vehículos sin conductor habitualmente.
Pues lamento informaros que de eso nada. Claro que la electrónica y la inteligencia artificial están mejorando espectacularmente de forma acelerada, y que las ayudas a la conducción van mejorando con rapidez inusitada, gracias a los avances de electrónica e IA, pero de eso a disponer de un vehículo autónomo que sin intervención humana pueda resolver cualquier contingencia de una conducción normal hay un abismo.
Sí, hay ya vehículos de Google conduciendo solos en pruebas. Sí, Tesla desarrolla su control inteligente y Sí, todos los fabricantes están como locos con el tema, pero pensar que en los próximos años un conductor robot podrá sustituir a un conductor humano para ir al trabajo es probablemente no entender la complejidad del tráfico diario de las grandes ciudades y menos aún la capacidad de reacción de la IA a entornos cambiantes e imprevisibles.
Es bien conocido que profetizar el futuro es un deporte de riesgo, y soy consciente de que mañana pueden cerrarme la boca de un sopapo que me haga arrepentirme de escribir estas líneas, pero creo que a pesar de todos los avances, los medios han exagerado fuertemente, la situación de la tecnología en este punto, haciéndonos concebir falsas expectativas.
Y lo han hecho presentado hechos ciertos… y a sabiendas de que la conclusión era manifiestamente falsa. Y esto, queridos amigos es bastante habitual en los medios.
Por ejemplo y ya que estamos con los coches sin conductor, las campañas de trafico de verano en TV nos han convencido de que somos un desastre como conductores y que el número de accidentes es inasumible, y que podríamos ahorrar no sé cuántas vidas si controlamos con multas los excesos.
Bien, siguiendo nuestra habitual costumbre de hacer del pitufo gruñón, tenemos que insistir en algo obvio: Los conductores humanos son extremadamente eficaces y seguros en la conducción diaria (Uy si, sé que me van a llover collejas de todas las direcciones)
A pesar de que machaconamente nos bombardean los medios con la idea totalmente contraria, el número de accidentes en coche con consecuencia de lesiones graves o muerte, es bajísimo y estadísticamente se acerca a despreciable.
De los 80 millones de desplazamientos esperados en España en verano, llevamos este año 225 fallecidos en accidente de tráfico (Desde enero), o sea el 0,000.002.8% y eso solo suponiendo que va un solo pasajero por coche, e ignorando los desplazamientos diarios de trabajo o placer que todos hacemos, lo que hace que esta cifra se reduzca a mucho menos.
Con estos datos en la mano decir que los conductores humanos son unos locos que hay que controlar es una estupidez rayana en la mala intención y que obedece más a la intención de robar… perdón, recaudar de las autoridades de tráfico, que reconocen que el 80% de los accidentes graves ocurren en las carreteras secundarias pero recaudan el 80% de las multas por exceso de velocidad en autopistas.
Y esa es otra, te machacan diciéndote que el exceso de velocidad es causa de alrededor del 35% de los accidentes y por ese motivo limitan la velocidad en carreteras y autopistas. Pero claro, no es difícil argumentar que la velocidad es una condición inevitable de desplazarse y que necesitas una cierta velocidad para causar un accidente grave. Es decir, que no es un argumento sensato, sino más bien una tautología, ya que sin velocidad alta no hay accidente grave … aunque la causa sea otra.
Hay toda una insistente campaña en los medios para convencerte de que eres un inconsciente y que te debería parecer bien que te multen para evitarlo. Multas que recauda el mismo que te las pone, y dice que es por tu bien, mientras se embolsan cantidades ingentes de euros en las arcas públicas y destinan financión para nuevos radares, que se destinan a poner multas automatizadas. Por nuestro bien, claro.
Continuamente nos dan moralina sobre las vidas que se podrían salvar controlando la velocidad, pero el número de muertes por suicidio en España duplica la de muertes por accidente de trafico. ¿Habéis visto alguna campaña o medida al respecto? Si el interés es realmente salvar vidas ¿No deberíamos centrarnos en la causa de muerte más frecuente? Pero claro, no es fácil multar a los suicidas.
Mas perlas de esas que los medios nos regalan, son los incendios forestales y a estas alturas os habréis convencido de que ya casi no quedan árboles en España dado la cantidad que nos muestran en la tele a cada minuto y en distintos puntos. Pero no. Me alegra comunicaros que la superficie forestal de España es en estos momento la mayor de sus historia reciente. Como de los últimos 3 o 4 siglos (No me creáis. Buscad por internet las estadísticas)
Y qué decir de la otra noticia habitual de las muertes por violencia machista. Estaréis convencidos de que nunca ha habido tanta y que el número de asesinatos o agresiones violentas ha crecido espectacularmente en los últimos años ¿Verdad?
Pues de nuevo es falso. Las agresiones con violencia (Machista o no) han disminuido drásticamente en los últimos 5 años hasta la tercera parte poco más o menos y en cuanto a las relativas a la violencia de genero han disminuido “solo” un tercio en 10 años.
Hay muchas cuestiones más que ilustran esta idea de que los medios nos ofrecen una visión fuertemente distorsionada de la realidad, y que muchas de las ideas que nos transmiten deben ser puestas en cuarentena ya que lo que hacen es aplicar el zoom a casos aislados (Mayormente ciertos) que acaban mostrándonos como habituales cuando son excepcionales, lo que nos lleva a conclusiones manifiestamente erróneas.
La pregunta es ¿Por qué hacen esto? ¿Es por mala voluntad, por intereses oscuros de los dueños de las cadenas o simple y llanamente por alegre estupidez?
No es fácil responder a esto, pero es importante que estemos sobre aviso y que seamos muy críticos con las opiniones que se basan en lo que difunden en los medios, porque su fiabilidad es mucho menor de lo que quieren vendernos y no es descabellado pedir a estos mismo medios una responsabilidad en la información que ahora mismo brilla por su ausencia.
Cuando un porcentaje cada vez mayor de ciudadanos basa su opinión en lo que transmiten los medios, el control veraz de la esta información debería ser una prioridad para los medios y para la administración que se entromete habitualmente en cosas que no le atañen y hace dejación de responsabilidad en cosas que deberían preocuparla.
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