Los Smartwatch

Hace tres meses decidí cambiar de reloj, porque el que tenía, un Casio, desde los tiempos de Noé, se me había quedado un tanto desvaído por arañazos y caídas y ya no era propio de un hombre de mi condición y categoría.

Reloj antiguo

Como además soy un tanto enredador y nadie me había regalado nada de fundamento en navidad, decidí regalarme yo mismo, que soy el único que acierta con mis gustos, un flamante reloj digital de estos nuevo tipo SmartWatch con que tanto nos tientan últimamente.

Comprarme un Apple Watch estaba fuera de lugar. Como ya sabéis los que me vais conociendo, tengo problemas para comprender porque alguien paga por un producto Apple 2 o 3 veces lo que vale, y entra en ese estado semi catatónico en el que la vida es bella, el Apple genial y todo funciona de maravilla y lo demás es un asco.

Los productos Apple (Y he probado varios) son para mi gusto, eficaces y con algunas ventajas, pero a cambio son disparatadamente caros, llenos de manías que me impiden hacer lo que quiero y espera que lo haga como le conviene a él, y por si fuera poco diseñado de inicio a fin para que no pueda hacer tareas sencillas, como cargar música o libros, sin pasar por caja o por programas basura como el iTunes.

Algo tan sencillo en un Android como pasar unos mp3 a tu teléfono, copiando y pegando, se convierte en una pesadilla con Apple y encima el éxito de Apple empezó vendiendo reproductores mp3, los IPod, que eran muy bonitos, cómodos de manejar y repelentes de cargar, pero eso es otra historia.

Smart watchOs cuento esto para que entendáis que pagar 800 € por un SmartWatch jamás cabria en mi cerebro. No solo por caro, sino porque además estará lleno de manías Apple, a las que he desarrollado una violenta intolerancia.

Logo Por eso me fui a buscar algo tipo Android, aunque tengo que reconocer que no me convencía demasiado el concepto de SmartWatch.

Ya he comentado en alguna ocasión que me parece más un invento comercial de moda que algo de utilidad real, pero no parece buena idea descartar algo solo porque no lo ves claro y como todo en la vida del técnico, al final, hay que medir y probar, para opinar con motivo de causa.

Al final, y después de mucho mirar, me decidí por un Haier de 50€ que no es Android siquiera, pero que tenía todas las prestaciones que uno podía pedir a un SmartWatch: Unas esferas relativamente presentables y variadas, podómetro, pulsómetro y pantalla de Gorilla glass, porque mis relojes suelen morir violentamente, y no es cuestión de facilitarles el suicidio.

smartwatch

Una de las funciones estrella de estos relojes, consiste en que cuando recibes un mensaje, SMS o WhatsApp o email,  te pita y puedes ver el título en la pantalla. Un par de toques en la pantalla e incluso lees el mensaje. Algo muy útil porque así en vez de sacar el teléfono, tienes que sacar el reloj y darle los toquecitos a él en lugar de al móvil, y parece que a algún anormal de sueldo excesivo esto le pareció lo mas.

pulsometroMe interesaba el pulsómetro para el gimnasio, porque odio las bandas pectorales, y entiendo que habrá quien tenga interés en el podómetro pero no es mi caso. Como aún no he ido al gimnasio (Lo sé, es una vergüenza) no lo he probado, pero algún día, algún día lo probaré, lo juro.

También es simpático al principio, que te coja las llamadas sin necesidad de sacar el móvil del bolsillo. Hablas como el súper agente 86 a la muñeca, dando el cante en los bares y consiguiendo que toda la parroquia escuche tu conversación. En resumen, no le dejo nunca coger mis llamadas (Es que en el barrio me conocen).

Además la puñetera función anti perdida, hace que el teléfono y el reloj se pongan a pitar como locos si dejas el teléfono en el despacho mientras vas al baño, y prepara un escándalo tal,  que pocos en la oficina dejan de conocer con detalle cuantas veces vas, y hasta te recomiendan con sorna, que te revises la próstata.

Tamaño descomunal¿Y qué tal la función básica, la de ver la hora? Pues bastante bien. Solo que antes para ver la hora basta con mirar el reloj, y ahora lo mismo pero antes tienes que presionar un botón.

Un problema sorprendente e imprevisto, resulta ser que dado el tamaño del reloj, no puedes nunca abrochar el botón del puño de la camisa, porque si no no sale el reloj de dentro.

Otra enorme ventaja es que periódicamente se queda sin batería, con lo que tienes que mirar la hora en el teléfono que supuestamente es lo que queríamos evitar al principio.

¿Y que decir de otra función que todos los Smartch incorporan?: El monitor de sueño. Aun no he conseguido saber para que sirve o en que universo pondría yo a un reloj a supervisar como duermo, pero si me entero os prometo que os informaré de su función dada la ingente horda de personas ignorando que pueden dormir mejor con semejante paida.

monitor de sueño

Resumiendo, Es un Gadget divertido y quedón, todos los amigos quieren que se lo enseñes, pero su utilidad es más que dudosa, y tras un par de meses con él, no estoy seguro de volver a comprarme otro Casio, una vez que todos los amigos me hayan pedido que se lo enseñe, que es lo que me gusta, pero no te evita llevar el teléfono en el bolsillo.

Y si te estas preguntando si vale la pena comprarte uno, pues que quieres te diga, no es nada practico, pero si quieres tirar 50€, como capricho está bien, pero no esperes que sirva para nada útil.

Por lo que veo por ahí, el reloj de Apple que es el que inventó la categoría de producto, no va muy sobrado de ventas, y ahora le va a dar otra vuelta a ver si con el 2º modelo mejoran las cosas, pero me temo que al final han inventado una nueva categoría de producto que tiene muy escasa utilidad real.

Al menos, mi modelo chino barato, tiene la posibilidad de meterle una tarjeta SIM interna y dejar el teléfono en casa, pero mira en los 2 meses que llevo con el no he encontrado el momento de hacerlo, quizás para el verano o así….

Así que el resumen es que no veo mucha utilidad a este concepto del SmartWatch y salvo que nos evite el móvil aparte en el futuro, le auguro mala evolución. El éxito de ventas puede ser grande, pero me temo que estos relojes se van a ir quedando en los cajones, como tantas chorradas que nos hemos ido comprando a lo largo de los años.

Hoy por hoy, no podemos prescindir del móvil y es una pena, porque ha crecido demasiado últimamente y los ladrillos de 5,5” que llevamos a cuestas son demasiado grandes y quizás por eso alguien creyó que había tema en evitar sacarlos del bolsillo, paro bastaría con usar teléfonos de 4,5” y no habría ninguna posibilidad de que usáramos un reloj de estos listillos.

 

logoprometec