Conectando a Internet
Ya no sabemos vivir sin Google, Facebook, Twitter, Wikipedia y demás. Y naturalmente nuestra Raspberry Pi necesita de todas esas cosas para que no sintamos esa horrible sensación que uno siente al salir de casa, y al echarse la mano al bolsillo notamos que nos hemos dejado el móvil.
Es realmente sorprendente con qué facilidad nos olvidamos que todo esto hace solo unos pocos años que existen. Nos parece que han existido siempre pero que va, son relativamente recientes y sin embargo imprescindibles.
Súbete un día al metro y veras que todo el mundo va cabizbajo y chateando con sus móviles. ¿Qué hacíamos cuando no había todo esto? ¿Y aun mas, como podíamos no echarlo de menos (Que aún no se hubiera inventado no es una excusa)?
Así que tocaba ya conectar nuestra Raspberry Pi a la red de redes, porque ya no concebimos tener nuestros cacharritos aislados de Internet y a los servicios que nos proporciona. Esa es la intención de esta nueva sesión en nuestra serie sobre la Raspi.
Aquí os dejo el link:
La Raspberry Pi 3 ha sido una auténtica revolución por la potencia que demuestra tanto como por traer incluidas de serie WIFI, Bluetooth y Ethernet y ha marcado el camino a las siguientes generaciones. No solo de RasPis sino también de compatibles y competencias varias.
Porque queridos amigos, el mundo que viene es interconectado de un modo que aún no nos podemos más que imaginar, pero que impactará en nuestra vida cotidiana de una forma extraordinaria, mucho más allá de lo que hoy pensamos.
Cuando veo a las mamis quejarse de que sus hijos están enganchados a las redes sociales o a internet o al móvil… siempre pienso que es una muestra de falta de visión por parte de los adultos (Uy sí. Ya lo creo. Soy plenamente consciente de la que me va a caer por decir esto)
Pero creo sinceramente que los niños son unos especialistas en sacar partido a los medios de que disponen… muy por delante de los adultos que les supervisan y que normalmente ya viven en un universo un tanto esclerotizado, e incapaces de percibir correctamente las oportunidades y medios que se presentan.
Y es que es difícil cambiar las costumbres que desarrollamos cuando no había ciertas posibilidades… aun cuando hoy sí que las haya e insistamos en que pudren el cerebro de los niños o les convierte en incapaces de relacionarse con los demás y tantas otras tonterías tan bienintencionadas como frecuentes y erróneas.
Como norma general, cuando hay discrepancia entre lo que el niño percibe y lo que los adultos consideran que le conviene, siempre tiene razón el niño (Aun cuando comprendo y comparto que no se les debe permitir faltar a clase)
Viene muy rápido un mundo que ellos entienden, porque les es natural, pero me temo que ninguno de los que piensan que pasan demasiadas horas con maquinitas, van a entenderlo y mucho menos a integrar o sacar partido.