Sobre el conflicto de los Taxis
La salida de Uber a bolsa, es una buena noticia que debería hacernos reflexionar seriamente sobre el enfoque que se ha elegido en España de limitar y poner trabas a la explotación de los VTC por parte de las administraciones con la única y honrosa excepción de Madrid hasta la fecha.
Comprendo que si tú eres taxista y has pagado un pastizal por la licencia no te haga gracia que se autorice la entrada a nuevos operadores que te van a hacer la competencia peligrosamente (Que no desleal que eso es otra cosa) y estés dispuesto a armar la de Dios es Cristo, si no se les impide sacarte del mercado.
Lo que piden es que se impida a la competencia ofrecer su producto y se les garantice la exclusividad en el desempeño de su tarea diaria. O sea casi monopolio.
Es un poco como si los que compraron una casa en el año 2008 en España, exigieran que no se permitiera la bajada de precios de los pisos, porque a ellos les perjudica y además pagaron una cantidad desorbitada cuya hipoteca continúan pagando, por lo que tolerar semejante descuento les supone un serio quebranto.
Pero, la realidad es terca y el futuro de los taxis es más que sombrío si no cambian rápida y decididamente a un modelo más moderno de gestión con el móvil y servicios adicionales, porque basta con que cojas una vez un Uber o Cabify o similar para que no quieres volver a llamar un taxi en tu vida. Y es que el servicio de estos es infinitamente superior. Algo que tienen claro los propios taxistas y no están dispuestos a que el usuario decida, claro, porque de ser así la llevaban clara.
Permitidme un ejemplo de manual: Antes de los trenes, la profesión de carretero era habitual y lucrativa. Permitía vivir a gente sencilla que con un carro y una mula podían ganarse la vida trasladando mercancías a distancias cortas. La llegada del tren envió a toda esta buena gente al paro y a la angustiosa necesidad de cambiar de oficio después de toda la vida en el asunto.
Seguro que los carreteros aseguraban con amargura que las maquinas iban a acabar con el trabajo honrado y que iban a generar muchísimo paro. De haber habido sindicatos, seguro que se habría organizado un cipote de primera división… pero rápidamente fueron relegados al olvido.
El tren era rápido, barato y alcanzaba distancias inimaginables para las carretas, lo que permitió desarrollar las áreas por donde circulaba ya que liberó el intercambio de mercancías con áreas cada vez más extensas. ¿Alguien cree que el tren causo más daño que bien?
¿Que te parecería haber prohibido las luces LED porque dejan en la calle la producción nacional y los LEDs los hacen extranjeros muy lejos?
Claro que hubo gente perjudicada. Para eso está la administración. Para minimizar el daño, pero si lo que hace la administración es defender el monopolio del gremio, en contra de los intereses generales, podrá retrasar algo la conclusión inevitable pero llegará, no lo dudes. Arrastrará al gremio y probablemente a la propia administración.
En el caso de los taxis, se podría establecer un periodo transitorio de digamos 5 años, en los que no saldrán más licencias de taxis, e ir liberando cada año n nuevas licencias de VTC, de modo que a los 5 años la limitación desaparezca y que elijan los clientes.
Esto de que elijan los clientes es no solo muy sensato sino además inevitable, pero la administración se mete por medio porque la idea de que hagamos lo que queremos y no lo quiere ella le resulta, siento decirlo, insoportable.
La competencia y los funcionarios no se llevan bien, y si no ahí tenemos a Europa, donde gente que no ha trabajado en el mercado en su vida (Aunque han oído hablar de ello a gente pobre), le quiere dar lecciones a Google de lo que debería hacer y sobre todo de lo que puede hacer. Manda huevos!!!
Después de todo lo dicho arriba habrá aun mucha gente que piense que hay que defender los puestos de trabajo locales frente a las multinacionales carroñeras que solo buscan esquilmar al mercado (Posición oficial de más de un partido político en el tema) sin querer entender, que el problema no son las multinacionales sino los usuarios que queremos que el servicio de taxi mejore mucho porque no es de recibo la situación actual.
Por eso, quizás convenga mirar un poco más lejos y predecir cómo será el servicio de los taxis en los VTC en 10, 15 o 20 años. Y aquí el panorama parece haber consenso, en que dejaremos de comprar coches privados para dejarlos parados en el garaje y pasaremos a alquilar trayectos aempresas de flotas de vehículos autónomos (O sea sin conductor) que vendrán a buscarnos cuando les llamaremos desde el móvil.
Como la gestión de flotas es mucho más barata y eficiente que la gestión de los vehículos privados y al no haber costes de personal en los coches (Tomad nota de esto ultimo), es muy probable que el bajo coste de estos servicios haga inviable los taxis y hasta el vehículo propio.
¿Quiere alguien proponer prohibir que esto ocurra? Pues lo siento por ellos, porque la decisión está tomada y ya podéis cabrearos, que el tema va por donde tiene que ir independientemente de a quien saque de circulación.
No se si los propios taxistas se dan cuenta de que su modelo de negocio ha cambiado y que la tecnología favorecerá la concentración y las aplicaciones de gestión colectiva. Los coches del futuro no demasiado lejano no llevaran conductor y serán gestionados por compañías de tamaño, de la misma manera que el ferrocarril se gestiona desde una gran compañía porque no es posible hacerlo desde pequeños propietarios. No hay que ser profeta para predecir esto.
Y es que si miras la historia de la tecnología veras que el progreso sigue su ritmo, ciego a los que no quieran verlo. Lo mejor que se puede hacer es unirse a él y cambiar de actividad en cuanto veas que te va a llevar por delante. Comprendo que es triste tener que cambiar de oficio a los 50, pero si yo tuviera un taxi, vendería la licencia por lo que dieran y me apuntaría a Uber o similar.
La historia del siglo pasado, fue haciendo desaparecer muchos oficios: Carretero, Mulero, Lechero, Carpintero, Sastre, Cajero de banco, Telefonista, Portero, Sereno y un largo etcétera. Y en este siglo muchos otros seguirán el mismo camino. Pero nadie puede dudar que hoy vivimos mejor que hace 50 años y que a pesar del miedo a no tener trabajo, hoy hay el doble de empleos que hace esos 50 años.
Para que el progreso continúe, hay que cambiar el modo en cómo se hacen ciertas cosas que van quedando al alcance de la tecnología y adaptarse a ello. Claro que habrá que ayudar a más de uno, porque la mejora de la productividad lo permite, y porque al final saldremos ganando todos, incluidos los que hoy se quedan sin su trabajo.
Y en cuanto a la administración, su problema es que cree que ella está para dirigir el mercado o para decidir que progresos quiere o no, sin entender que lo suyo es poner normas a los cambios no bloquearlos. El progreso es ciego y si te pones delante de él te atropellara. No por maldad, sino porque no puede hacer otra cosa.